Hay 1.300 municiones de todo tipo de calibre y con gran atractivo por el lugar de donde provienen. Una mina submarina de la Segunda Guerra Mundial, municiones del Graf Spee, balas de cañón de la Vuelta de Obligado o proyectiles de la Fábrica Militar de Río Tercero son algunas de las muestras que se presentan.
Un espacio de recreación y de instrucción, que no posee para nada un sentido bélico, sino el carácter pacifista de un coleccionista que intenta desarrollar un proyecto original.